viernes, 23 de diciembre de 2011

Cisma Masónico de 1956 Eloy Reverón

Uno de los capítulos más polémicos de la historia de la masonería de Venezuela lo constituye este evento. Debo advertir que hoy ha perdido relevancia porque el grupo de masones que se fue no afectó para nada el curso de la historia de la Gran Logia original cuya sede se encuentra, desde 1876 hasta el sol de hoy, entre las esquinas de Jesuitas a Maturín, dos manzanas al norte de la catedral de Caracas. Quienes hicieron falta, regresaron. Quienes se separaron siguieron la tradición cismática que iniciaron. Dejaron sembrada la semilla de la discordia sin aclarar cómo, ni porqué sucede esto a una institución que se precia de iniciática y de fraternal.
El tiempo ha dado la razón a quienes conservaron la calma y permanecieron en sus puestos. La historia de la masonería venezolana que primero formó liga aparte en la esquina de Velázquez y luego para un edificio que construyeron entre las esquinas de Cárcel a Monzón, han hecho lo mismo que hicieron en 1956, dividirse.
Este es el primero de los artículos donde comienzo a revelar una serie de pistas para aquellos estudiosos que les interese saber cuál es el enigma expresado en la fraternidad de Caín y Abel.
Para quienes interese este asunto como un asunto histórico que nos pueda desenvolver el misterio tras el cual se ubica, discretamente la Orden de la Escuadra y el Compás, le voy a sugerir que comiencen revisando una publicación masónica firmada por José Policarpo Reyes Zumeta, cuyo título es Criba y reseño en la siguiente dirección :http://bibliorum.blogspot.com/

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